Apenas puso los pies en el suelo deslizó la cortina para mirar por la
ventana, el cielo estaba preñado de agua y no tardaría en descargarla, se
dirigió a la cocina en busca de un café que templara su ánimo, los días grises
le producían una extraña mezcla entre melancolía y placer; mientras desayunaba
ojeaba las noticias en su iPad de fondo sonaba A Great Divide, un sublime solo
de piano que acompasaba el repique de las gotas de agua que tímidamente
comenzaban a caer. Pegó la nariz al cristal contemplando como miles de
gotas se unían formando un hilo continuo de agua que se multiplicaba en décimas
de segundo convirtiéndose en un tremendo aguacero, sintió ganas de empapar su
cuerpo con agua de nubes y pasar la mañana mirando la lluvia, escuchando
melodías de Dustin O´Hallaran y soñando despierta, sonó la alarma de su móvil
miró la hora y pegó un brinco, se vistió apresuradamente y bajó corriendo las
escaleras, cuando alcanzó el portal inspiró con fuerza llenando sus pulmones de
aire limpio y tierra mojada, se colocó la capucha roja de su impermeable y
pisando todos los charcos que encontró en el camino se dirigió al trabajo.
Veda Lontana
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