domingo, 20 de julio de 2014

De historias y personajes de novela

Vivía en una mansión solariega que había heredado de su abuela materna, siempre había sido una persona reservada e introvertida, a decir verdad, evitaba  relacionarse con la gente si no era estrictamente necesario, su pasión eran los libros, poseía una de las mayores bibliotecas privadas de la provincia, cuando se levantaba por las mañanas se dirigía a la biblioteca cerraba la puerta y su mundo se transformaba en viajes inesperados, historias de amor, asesinatos, naufragios, guerras, vivía todo tipo de aventuras junto a sus personajes con los que mantenía intensas conversaciones, se enfadaba con ellos, los cuestionaba, les recriminaba sus actos, otras veces, se enzarzaba en discusiones bizantinas que acababan enojándolo entonces, ¡plaf! cerraba el libro y subía los peldaños de la escalera móvil uno a uno hasta llegar al estante más alto de la biblioteca, lo colocaba con mucho cuidado y le decía gritando, ¡desde ahí tendrás mejor visión del mundo!, entonces impulsaba con fuerza la escalera que lo desplazaba a lo largo de la biblioteca y cuando se detenía comenzaba a bajar lentamente los peldaños cogiendo un libro al azar, alcanzado el suelo, se dirigía al sillón bajo la ventana y en ese momento descubría a quien había rescatado del estante, ¡amigo Baudelaire! masculló, ¿con que oscuras palabras vas a deleitar mis oídos?, abrió el libro hacia la mitad y comenzó a recitar ¿Qué dirás esta noche, pobre alma solitaria, Qué dirás, corazón mío, corazón otrora marchito, A la hermosísima, a la buenísima, a la carísima, cuya divina mirada de pronto te ha reflorecido? (…) y cuéntame amigo, ¿por estos hermosos versos fuiste procesado?, considerar estas palabras ofensivas es, en sí mismo, una ofensa, así es, los imbéciles burgueses defendiendo la moral cuando son los mayores inmorales, poeta maldito me llamaron, no penes amigo mío porque no hay mayor justicia que la del tiempo y hoy se te considera el padre espiritual del decadentismo por tu oposición a la burguesía…¿de veras?, de veras, aunque tu fama de libertino te precede, ja, ja, ja, ja, ja, una sonora carcajada invadió la estancia, son ellos el problema esencial de la condición humana, los que me han llevado a rebelarme de la mezquindad que los atesora, los que me han empujado a abrazar el mal, bueno, bueno mi gran poeta no te subleves que el mundo embebe la conciencia del mal… cerró el libro y con andar cansino se dirigió hacia los estantes de la biblioteca… ¿acaso no era él un personaje más de novela?...

Veda Lontana


No hay comentarios:

Publicar un comentario