Muchas son las formas de ir por la vida, pero cuando falta la imaginación
uno va arrastrando su propia realidad, ¿somos nosotros los que la elegimos o es
ella la que nos elige? Se hace difícil saberlo, las vivencias nos marcan a
fuego y la ceguera en que nos sumimos para no enfrentar esa realidad nos hace
sucumbir a un mundo de tinieblas… Nada es absoluto, todo es relativo que diría
Albert Einstein, creemos ser dueños de la verdad absoluta pero para el impío lo
‘cierto’ o ‘verdadero’ depende de si le conviene o no en el momento, estar seguros de que no hay nada absoluto es tan
contraproducente como contradictorio en sí mismo, la
nada es ‘nada’ pero por el simple hecho de ser ‘nada’ ¿no es algo?... Frederic
andaba perdido en sus elucubraciones cuando le vino a la memoria lo que hace
años le dijera un amigo ‘la honradez a largo plazo es la mejor inversión’ que
cierto pensó… y comenzó a divagar sobre
el significado de ser honesto como una cualidad humana de comportamiento que
requiere de un apego a la verdad más allá de intenciones o intereses, recordó
como Confucio distinguía el nivel más
profundo de la honestidad (Ren) como el requerimiento previo de autocomprensión
para poder comprender a los demás lo que conlleva tratar a los otros como nos gustaría que nos
trataran a nosotros ¿era eso tan complicado?... comenzó a deslizar los dedos
por las teclas del piano invadiendo la estancia con la sublime y delicada melodía
del homenaje a Wladyslaw Szpilmanal el pianista de Varsovia…
Veda Lontana
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