domingo, 7 de diciembre de 2014

43, un número de muerte y dolor

Cayó de rodillas sobre las negras cenizas que se esparcían por la tierra, las removió con las manos en un intento desesperado de encontrar cualquier indicio que le diera certeza de que su hijo yacía allí, ¡quién le ha quitado la voz! clamó entre la incertidumbre y la desesperación. Las horas se iban tiñendo de negro, apenas tuviste tiempo de vivir y fuiste ajusticiado por la injusticia de asesinos a tiempo completo. Te vi marchar con tus libros y tus ilusiones, rebosando vida e ilusión y acabaste en un vertedero de basura por la codicia y la ambición de unos pocos al servicio de otros. Que tu muerte no sea solo una tumba cavada en la tierra,  que la rebeldía se apodere del clamor de justicia de las gentes que lloran y creen en la utopía. 43, un número de muerte y dolor que marcará un antes y un después en la vida de un país…


Veda Lontana  

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